El gran momento de Mae Jemison llegó en septiembre de 1992. En Estados Unidos, la tradición norteamericana se centró en gran parte en las consecuencias (sociales y ambientales) de los productos tecnológicos creados durante los años 60 y 70.
Después de la Segunda Guerra Mundial, comienza una época de intenso optimismo acerca de las posibilidades de la ciencia-tecnología y de apoyo incondicional a la misma, que debe su origen a Vannevar Bush, un científico norteamericano involucrado en el Proyecto Manhattan para la construcción de la primera bomba atómica.
Como vemos, en la década de los 90, las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, se basaban en el esencialismo y el triunfalismo. Es decir, la ciencia y la tecnología avanzaba porque así se ganaba en riqueza y bienestar social, sin embargo, cabe destacar que la ciencia sólo puede contribuir al mayor bienestar social si se olvida de la sociedad para buscar exclusivamente la verdad. Por lo que el pensamiento científico dominante en este momento puede resumirse en una simple ecuación: + ciencia = + tecnología = + riqueza = + bienestar social.
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